Al adquirir una vivienda es común escuchar el término “plusvalía”, incluso puede ser uno de los argumentos de venta que el asesor inmobiliario te presente; sin embargo, la realidad es que veces no le prestamos suficiente atención pues nos enfocamos en otros aspectos que son inmediatos, por ejemplo el costo, los planes de pago y financiamiento, así como el diseño y distribución de espacios.
En este artículo nos dimos a la tarea de explorar el concepto de plusvalía, para que te familiarices con el término.
La plusvalía se define como el valor de un inmueble que con el paso del tiempo aumenta, como consecuencia de variables externas.
El aumento de la plusvalía inmobiliaria obedece a factores externos que mejoran la calidad de vida de quienes habitan una vivienda; a continuación te compartimos los más comunes.
La ubicación es primordial, ya que determina el estatus actual y nos permite tener una proyección futura del posible aumento de plusvalía, tomando en cuenta el tipo de barrio, los proyectos inmobiliarios actuales y en marcha, así como las comodidades que ofrece la zona.
La infraestructura urbana se refiere a las obras que dan soporte funcional para ofrecer bienes y servicios en beneficio de los habitantes de una comunidad, con el objetivo de elevar el nivel y calidad de vida: la red de energía eléctrica, el sistema de agua potable, el drenaje pluvial, etc.
También están los servicios privados, aquellos que dan plus al nivel y calidad de vida, como son centros comerciales, espacios de entretenimiento (cines, teatros), escuelas (de los diferentes niveles de educación), hospitales e iglesias.
Las personas requieren desplazarse, lo que implica hacer uso de las calles y avenidas, del sistema de transporte público o privado.
Los municipios y estados cuentan con planes de desarrollo urbano a largo plazo, en los que proyectan el crecimiento de las ciudades; a través de estos se puede conocer el uso de suelo actual y futuro, los posibles negocios y tipos de vivienda que se construirán.
Aunque la plusvalía está ligada principalmente a factores externos, también es importante que el dueño de la vivienda procure el mantenimiento constante para lograr la preservación de la misma.
Desde la pintura de techos y paredes, el cambio de cableado y tuberías cuando ya hayan concluido su vida útil, la impermeabilización y reparación de cuarteaduras, hasta la limpieza general, son aspectos que deben atenderse.
Una vivienda descuidada implica un gasto adicional, por lo que el mantenimiento y preservación son factores que pueden afectar indirectamente la plusvalía; así que vale más la “manita de gato” como se dice coloquialmente, para agregar valor al inmueble.